miércoles, 7 de julio de 2010

¿Por que decir que no, si somos los primeros que lo deseamos?

 Los seres humanos somos, por naturaleza, entes que se dejan llevar por sus propios deseos y necesidades fútiles pero al mismo momento, esto nos gusta y nos hace sentir libre como el pájaro que sus dueños sacan una vez a la semana para que no se sienta presa detrás de esos barrotes. Y nosotros como pajaros, nos lo tragamos.


Somos presa de nuestros sentidos y hasta que no nos liberemos de esos barrotes corporales, nos dejaremos llevar por estas sensaciones que tanto nos gusta experimentar.

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