El resultado de una mañana estudiando lingüistica general.

Utilizamos una y otra vez un gran número de palabras a las que otorgamos significado; si no fuese así no podríamos usarlas, hacer que formaran parte de nuestro vocabulario, de nuestra cotidianidad. Ahora bien, ¿somos capaces de explicar este significado, sabemos realmente lo que quieren decir las
palabras que utilizamos?

Esta claro que lo empírico, lo "palpable", es facilmente definible ya que su descripción se apoya en lo mundano, en la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Toda la humanidad residente en lugares urbanizables, y esto es para nuestros concejales hasta Marte, identificará la palabra casa como aquella estructura en la que residen personas, o algo que se les parezca, conformado por lo general de habitaciones distribuidas con diferente finalidad y que buscan satisfacer las necesidades básicas de las personas residentes, inquilinos o propietarios,  tales como cagar, dormir y comer. El tacto suele ser rugoso, aunque siempre depende de donde se toque (se aconseja no tocar a inquilino/propietario a no ser que la confianza lo permita. ¡Bendita confianza!) y el sabor dependerá de donde decida usted pasar la lengua. Cualquier individuo con algo, y no hace falta mucho, de sentido común, le dirá que evite deslizar su sinhueso por lugares donde el sentido del olfato se lo desaconseje, sobretodo en esas habitaciones alicatadas hasta el techo y con letrina y bañera (hay algunos, muy descarados ellos, que incluso tienen vidé).

Bien, una vez descrito el significado del sistema semiótico casa, perteneciente al sistema de signos históricamente configurado que es nuestra lengua española, o castellana, o como tu la quieras llamar, y sirviendo este como ejemplo de mi teoría, continuo. Somos capaces de definir las palabras referidas al mundo empírico, a lo real, a lo tangible.

Ahora bien, ¿alguién tiene cojones a definir amistad, confianza, amor, respeto, taciturnidad o filantropia?

Quiero y exijo respuestas.