miércoles, 8 de diciembre de 2010

La historia de Majo, la vacilona

CAPÍTULO 1
    Nuestra historia comienza un día cualquiera, por ejemplo hoy, a una hora cualquiera, las 12:53 de la mañana. Es en este instante cualquiera cuando un inocente justiciero que acababa de darle la solución mas justa al problema que tenia una conocida suya: Majo, la vacilona por excelencia.

    Es en ese instante cuando el pobre justiciero, que se sentía feliz por ayudar a una conocida, se vio traicionado por la maldad y la chulería de Majo, la vacilona.

    - ¿ Me estas vacilando? - Gritó Majo la vacilona, cuando se percató de la plenitud en la que se encontraba el justiciero.

    - No, Majo la vacilona, solo me siento bien porque te he hecho un favor sin pedir nada a cambio.

    - Puff, ¡se dice 'desinteresadamente'!

    - Lo siento, Majo la vacilona, creía que daba igual como se dijera.

    - ¡Pues no! ¡A ver cuando empiezas a hablar tan bien como yo!

    - Por favor, no grites que estamos en la biblioteca.

    - ¡No me importan los demás, sólo me importo yo! - Responde gritando aún mas Majo la vacilona.

    -Oye, ¿cuando vas a poder hacer esa tarta de fresa que me prometiste el día de mi cumpleaños, cuando mi familia murió en un accidente y mi perrito se quedo ciego, sordo y sin poder tener hijos contigo?

    - ¡Nunca! ¡No te voy a hacer ninguna tarta a pesar de que tu me hiciste la mejor cena que he tenido en mi vida! - Y Majo la vacilona hizo un gesto obsceno con el dedo y se fue corriendo, pasando de todo el mundo.

Es entonces cuando yo, el ultrajado justiciero decido empezar un libro para hacer justicia y que todo aquel que lea mi libro llegue a percibir la oscuridad del corazón de Majo, la vacilona.
Por todo esto, pido a los lectores de "La historia de Majo, la vacilona" que difundan mi palabra ( a poder ser, cobrando ).

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