Además de no desayunar con diamantes y de no tener romances inolvidables el ser humano es orgulloso de cojones, y no sabe admitir sus errores ni tan siquiera sus fallos. Puesto que, momentaneamente, no soy un ser humano ya que me he transformado gracias a nuestro gran amigo el sol en una gamba escocesa, cita lo siguiente:
- Señor Albeeeer (nunca entenderé esta sucesión de es), tiene usted todo la razón: los diamantes deben de estar malísimos, follar es sano y hay que mirar para arriba, que el suelo está lleno de mierda.
He dicho.
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